Empiece a una edad temprana
Hoy en día, los niños
se enfrentan a una serie de temas difíciles a edades cada vez más
tempranas, a menudo antes de que puedan comprender todos
los aspectos de éstas complicadas ideas. Adicionalmente,
las investigaciones médicas y la información
de las organizaciones de salud pública indican
que cuando los niños pequeños necesitan
obtener información, generalmente acuden primero
a sus padres. Una vez que se convierten en adolescentes,
nuestros hijos tienden a depender más en sus amigos,
en los me dios de
comunicación y en terceras personas para obtener
su información. Como padre de familia, usted cuenta
con una maravillosa oportunidad para hablar con sus hijos
sobre temas difíciles antes de que otras personas
los confundan con información errónea o
con explicaciones que carezcan del sentido de valores
que usted desea inculcarles. Debemos aprovechar todas
las "ventanas de oportunidad" con nuestros hijos
pequeños y debemos platicar con ellos más
frecuentemente y a edades más tempranas, particularmente
sobre temas difíciles como el sexo, el VIH/SIDA,
la violencia, el alcohol y las drogas.
Inicie
las conversaciones con sus hijos
Por mucho que deseemos que nuestros hijos tengan la confianza
de hacernos preguntas sobre cualquier tema - para así
nosotros iniciar una conversación - esto no siempre
sucede. Por ello es perfectamente normal - y a menudo
necesario - iniciar las conversaciones nosotros mismos.
La televisión y los demás medios de com unicación son excelentes herramientas
para este fin. Digamos, por ejemplo, que usted y su hijo
de 12 años de edad están viendo la televisión.
El tema del programa habla de una adolescente que se embaraza.
Una vez que termine el programa, pídale a su hijo
que le dé su opinión. ¿Está
de acuerdo con el comportamiento de los adolescentes en
el programa? Basta con una o dos preguntas para iniciar
una plática surgida de las circunstancias y eventos
de la vida diaria.
Cuando
hable con sus hijos, utilice palabras que sean fáciles
de entender. No es lógico tratar de explicar el
SIDA a un niño de 6 años de edad utilizando
palabras como "transmisión" y "transfusión."
La mejor técnica consiste en utilizar palabras
sencillas y cortas, con explicaciones directas y honestas.
Si
usted tiene varios hijos y sus edades son muy disparejas,
intente hablar con ellos por separado, aún sobre
el mismo tema. ¿Cuál es la razón?
Los niños de distintas edades se encuentran en
diferentes etapas de desarrollo, por lo que requieren
de información adecuada para su edad y del uso
de un vocabulario en particular, pues cada uno tiene una
sensibilidad distinta. Además, suele suceder que
los niños mayores dominan la conversación
y no permiten que sus hermanos menores den sus puntos
de vista.
...Aunque
tenga que hablar del sexo y las relaciones
Si usted no se siente cómodo al hablar con sus
hijos sobre temas difíciles como el sexo y las
relaciones, no está solo. Mu chos padres
se sienten incómodos e intranquilos, especialmente
si son aprensivos sobre el tema. Por el bien de sus hijos,
usted debe sobreponerse a su nerviosismo y debe hablar
con ellos sobre éstos temas. Después de
todo, los niños ya tienen conocimiento de éstos
temas gracias a los medios de comunicación y a
sus compañeros de escuela, sólo que esa
información puede carecer de los valores morales
que usted desea inculcarles.
Fomente
un ambiente abierto
Los niños pequeños necesitan que sus padres
platiquen con ellos sobre temas difíciles. Sin
embargo, nuestros hijos sólo nos harán preguntas
si ellos consideran que e stamos
dispuestos a responderlas. Por lo tanto, es importante
fomentar un ambiente donde nuestros hijos se sientan en
libertad de preguntarnos cualquier cosa - independiente
del tema - sin miedo a las consecuencias.
¿Cómo
podemos crear ese entorno de apertura? Debemos alentar,
apoyar y comprender a nuestros hijos. Por ejemplo, si
su hijo le pregunta, "¿Cuántas personas
tienen SIDA?" evite responder, "No lo sé.
Por favor deja de hablar y termina tu comida." Aunque
usted se encuentre muy ocupado, respóndale así,
"Esa es una pregunta muy interesante. En realidad
no estoy seguro, pero podemos investigarlo." (Nota:
No crea que si sus hijos se dan cuenta que usted no tiene
todas las respuestas, nunca más le preguntarán
algo. Esto sencillamente no es verdad. Los niños
aceptan las respuestas "No lo sé" y "Vamos
a investigarlo," además de que es mejor responder
así que proporcionar información inexacta
o desinformada.)
Un
punto adicional: Usted no tiene que responder de inmediato
a todas las preguntas que le hagan sus hijos. Si su hijo
de 10 años de edad le pregunta, "Mamá,
¿qué es un condón?" mientras
usted intenta dar una vuelta conflictiva durante la hora
de mayor tráfico, es perfectamente válido
responder: "Esa es una pregunta importante. Pero
con todo éste tráfico, no te lo puedo explicar
en éste momento. Mejor platicamos después
de comer." Y asegúrese de hacerlo.
Comunique
sus propios valores
Como padre de familia, usted cuenta con una maravillosa
oportunidad para ser la primera persona en hablar con
sus hijos sobre temas difíciles como las drogas
y la violencia, antes de que otras personas los confundan
con explicaciones "téc nicas" que carezcan del sentido
de los valores y la moral que usted desea inculcarles.
Del mismo modo, cuando platique con sus hijos sobre el
sexo, recuerde que debe hablar más allá
de "la cigüeña" y debe comunicar
sus valores. Recuerde: las investigaciones han determinado
que los niños necesitan recibir una orientación
moral por parte de sus padres, por lo que no dude en establecer
sus convicciones con claridad.
Escuche
a sus hijos
¿Cuántas veces escuchamos a nuestros hijos
mientras estamos doblando la ropa, preparándonos
para la junta del día siguiente
o empujando un carrito de compras en un supermercado?
Aunque estas situaciones son comprensibles, es importante
que tomemos el tiempo para darle a nuestros hijos toda
nuestra atención. Al escuchar a nuestros hijos,
incrementamos su auto-estima y les hacemos saber que son
muy importantes para nosotros. Esto puede dar la pauta
para el inicio de muchas conversaciones sobre una gran
variedad de temas difíciles.
Si
escuchamos a nuestros hijos podemos determinar aquello
que en realidad quieren saber y aquello que ya comprenden.
Así evitamos saturarlos de información y
confundirlos aún más. Por ejemplo, supongamos
que su hijo le pregunta qué es el "crack."
Antes de responder, pídale que le explique lo que
él sabe del "crack." Si él le
dice, "Creo que es algo que comes y te hace actuar
raro," entonces usted conocerá el nivel de
comprensión de su hijo y podrá adecuar su
respuesta.
Escuchar
a nuestros hijos nos ayuda a tomar en cuenta sus sentimientos
y a saber cuándo debemos terminar la conversación.
Supongamos que usted está platicando sobre el SIDA
con su hijo de 9 años de edad. Si de repente su
hijo le dice, "Quiero salir a jugar con mis amigos,"
detenga la conversación y vuelva a introducir el
tema en otra ocasión.
Trate
de ser honesto
Independientemente de la edad de sus hijos, ellos merecen
una respuesta honesta. La honestidad fortalece su sentido
de confianza. Si nosotros no respondemos con honestidad
a las preguntas de nuestros hijos, ellos crearán
sus propias respuestas ficticias. Esto puede resultar
mucho más aterrador que cualquier
respuesta honesta que podamos ofrecerles.
Aunque
a veces no es recomendable o deseable proporcionarles
todos los detalles sobre alguna situación en particular,
trate de ofrecerles la mayor información posible.
Al hacer esto, usted evitará que ellos inventen
sus propias conclusiones, algo que puede resultar muy
confuso y preocupante.
Tenga
paciencia
A veces parece que los niños pequeños se
tardan una eternidad para decirnos lo que tienen en mente.
Como adultos, sentimos la necesidad de apresurar a nuestros
hijos, terminando sus oraciones y frases antes que ellos.
Intente resistir ese impulso. Si escuchamos pacientemente
a nuestros hijos, les permitimos pensar a su propia velocidad
y les hacemos saber que bien valen nuestro tiempo.
Utilice
cualquier oportunidad para platicar
Es importante hablar frecuentemente con nuestros hijos
sobre temas difíciles. Sin embargo, muchas veces
no tenemos tiempo para sentarnos a platicar tranquilamente.
También es muy común que los niños
no estén dispuestos a platicar formalmente sobre
los temas confli ctivos de hoy en día,
categorizando dichas pláticas como un tipo de regaño
por parte de sus padres. Pero si aprovechamos las "oportunidades
para platicar", aquellos momentos y situaciones que
surgen en nuestra vida diaria, como una ocasión
para iniciar una plática, es poco probable que
nuestros hijos nos ignoren. Por ejemplo, si leemos un
artículo en el periódico sobre un niño
que fue expulsado de la escuela por llevar un arma de
fuego al salón de clases, podemos iniciar una plática
con nuestros hijos sobre las armas de fuego y la violencia.
Un comercial de servicio público en la televisión
también nos puede ofrecer una oportunidad para
hablar sobre el SIDA.
Hable
sobre el tema una y otra vez
Los niños pequeños sólo asimilan
una cierta cantid ad
de información a la vez, por lo que usted no podrá
enseñarles todo lo que ellos necesitan saber sobre
un tema en particular durante una sola plática.
Después de cada plática es recomendable
esperar un poco de tiempo y luego preguntarle a sus hijos
qué es lo que recuerdan de la conversación.
Esto ayudará a corregir cualquier malentendido
y a proporcionarles más información sobre
el tem a.
Finalmente,
los niños absorben toda la información que
desean saber y por ello tienden a realizar preguntas repetitivas
- algo que puede resultar cansado para los padres de familia.
Sin embargo, las preguntas repetitivas son perfectamente
normales, por lo que usted debe estar preparado y debe
tener mucha paciencia. Tampoco dude en retomar pláticas
iniciadas con anterioridad. Recuerde que la paciencia
y la perseverancia son provechosas para usted y para sus
hijos.
|